Los avances
tecnológicos se desarrollan cada vez más deprisa y abarcan más ámbitos. “Posiblemente,
Nos encontramos ante el inicio de un cambio de era”, afirma Xavier López,
Director General Corporativo y de Operaciones del Centre Tecnològic de
Catalunya (Eurecat). Desde el centro tecnológico observan un incremento de la
preocupación de las empresas e instituciones por las prácticas ecológicas, lo
que ha provocado que los perfiles “con una base tecnológica sólida relacionados
con temáticas de sostenibilidad o medio ambiente” empiecen a ser
demandados.
¿Qué papel juegan los centros tecnológicos
como Eurecat en la economía española?
En otras
regiones o Estados más avanzados que el nuestro, como Alemania, este tipo de
centros tienen un papel relevante. En
España, se genera conocimiento científico de primer nivel en diferentes ámbitos,
pero no lo convertimos suficientemente en tecnología que las empresas puedan
aprovechar. Aunque entidades como la nuestra desempeñan un rol importante,
deberían ser más relevantes, ya que son una pieza clave en los procesos de
innovación. Es importante que la inversión que hacemos, entre todos, en desarrollo
científico, acabe trasladándose a las empresas y la sociedad, generando más
riqueza y bienestar.
¿Falta vocación innovadora en las empresas
españolas?
La falta de una cultura de la innovación entre
el tejido empresarial puede ser uno de los factores. El segundo tiene que
ver con la dimensión de las empresas. No solamente tenemos muchas pymes,
también vemos una gran cantidad de microempresas. Estas, aunque cuenten con
profesionales con grandes capacidades, verán su posibilidad de innovar limitada,
sobre todo en relación al acceso a financiación u otros recursos.
Eurecat tiene un área dedicada a la
sostenibilidad. ¿El avance tecnológico y económico tiene que plantearse en
clave ecológica? ¿Será tenencia en el futuro?
Ciertamente, creo
que las prácticas sostenibles serán
claves en el futuro. Las empresas tendrán que incorporar sí o sí estas
prácticas a su modelo de negocio. De hecho, ya se empieza a ver. Hace unos años
la preocupación empresarial giraba en torno a la digitalización de los
procesos, productos o plataformas, ahora es la sostenibilidad. Esta afecta en
distintos ámbitos, desde las materias primas hasta los productos o la relación
con los clientes, entre otras.
¿Cuáles serán las innovaciones tecnológicas
que marcarán las dinámicas empresariales en los próximos años?
Cuando lo veamos
con perspectiva, veremos que nos encontramos en un momento de cambio de era. Vamos hacia una mayor digitalización de
las empresas, la sociedad, las instituciones y las personas. Ello está generando
un activo muy potente que hace poco no existía: los datos. Estamos empezando a
ver como los obtenemos, gestionamos y, sobre todo, generamos valor con ellos.
Este es un camino que ya se está recorriendo y a una velocidad muy importante.
Posiblemente, la verdadera disrupción digital
se dará cuando se pueda dar la combinación de la computación cuántica con la
Inteligencia Artificial. ¿Cuándo se conseguirá? Es difícil determinarlo.
Hace unos años se hablaba de décadas, pero la realidad nos muestra que los
avances son cada vez más veloces.
Con este cambio de era, ¿Habrá empresas que
se queden en el camino?
Que algunas
empresas se quedarán en el camino es seguro. Siempre han existido empresas con
más o menos capacidad de adaptación. La velocidad a la que se están
desarrollando determinadas tecnologías está afectando también a la vida de las
empresas. Si nos fijamos en las grandes corporaciones digitales a nivel
mundial, como Google o Amazon, son relativamente jóvenes. Los ciclos de vida empresarial (nacimiento, desarrollo y desaparición)
se han reducido notablemente. Esto no lo veíamos antes, con una economía
basada en sectores más tradicionales. Aun así, la resiliencia del tejido
empresarial es elevada y creo que, en general, se irá adaptando. Se ha venido
demostrando que las empresas de aquí son ágiles a la hora de adaptarse.
¿Cuáles son los perfiles profesionales más
demandados en Eurecat?
Los perfiles relacionados con las
tecnologías digitales y análisis de datos están viviendo un boom. Actualmente hay mucha más
demanda que no oferta, nos cuesta
encontrarlos y retenerlos. Además, los perfiles con una base tecnológica
potente, pero relacionados con temáticas de sostenibilidad o medio ambiente también
empiezan a ser buscados. Esto no quiere decir que, en ciertos sectores, se deje
de necesitar técnicos especialistas en aspectos muy concretos. Creo que vamos hacia perfiles con una base
tecnológica profunda, en distintos ámbitos, a la que se le tiene que añadir
todas esas competencias que cada vez son más importantes: gestionar equipos,
trabajar en entornos cambiantes, relacionarse con el cliente, etc.
¿Las habilidades personales tendrán más
importancia en el futuro que los conocimientos académicos o técnicos?
En realidad,
todas ellas, tanto las técnicas como las personales, puedes ir
desarrollándolas. Aun así, es verdad que las soft-skills son más difíciles
evolucionar y escasas. Cuando trabajas con proyectos y equipos variados,
como nosotros, estas capacidades son muy importantes. Cada vez veremos más
perfiles híbridos.
¿Para poder innovar es necesaria una
plantilla diversa?
¡Sin lugar a
dudas! De hecho, en Eurecat tenemos 24 nacionalidades distintas entre los más
de 650 empleados. Además, contar con un equipo con culturas, puntos
de vista o background distintos es
clave. Por ejemplo, mezclar en un equipo alguien con experiencia en
investigación puramente académica con otra de orientación más industrial es muy
enriquecedor a nivel de ideas y resultados. Trasladar experiencias de un sector a otro
también resulta positivo.
¿Qué papel juegan las nuevas generaciones
de trabajadores en Eurecat?
Las nuevas generaciones son clave.
Intentamos hacer un mix en nuestra política de recursos humanos para captar
talento joven, al mismo tiempo que intentamos desarrollar sus competencias y
crear el entorno adecuado para fidelizarlos.
¿Los trabajadores más jóvenes tienen una
concepción distinta del trabajo que años atrás?
Generalizando
podríamos decir que las nuevas
generaciones tienen claro que el trabajo, pese a seguir siendo importante, es
una parte de su desarrollo como personas e intentan tener un equilibrio entre
este y otros aspectos de su vida. A veces te encuentras con que su
aspiración no es tanto una mejora salarial, aunque no renuncian a ella. Quieren
cierta flexibilidad, gozar de una relación de confianza con su jefe, capacidad
para organizar su trabajo junto con su vida. Buscan equilibrar más cosas que
simplemente el salario. Todo esto debes saber interpretarlo como organización
Las empresas han visto aumentada su tasa de
rotación, notablemente entre los jóvenes.
Volviendo a
generalizar, es verdad que hacemos la
interpretación de que cuesta más encontrar un compromiso estable por parte de la
gente joven. También podría ser una deficiencia por parte de la organización,
quien no ha sabido ofrecer un puesto lo suficientemente atractivo. Además,
podría tratarse de que simplemente quieran probar una experiencia distinta.
Nosotros tenemos personas que al cabo de un tiempo en el centro tecnológico
quieren conocer un ambiente puramente industrial. Así que sí que hay matices
distintos con las generaciones anteriores, las peticiones de las cuales se
basaban básicamente en el aspecto salarial.
¿Cuál es vuestra política en materia de
retención del talento?
Invertimos mucho
en formación continua, tenemos programas de flexibilidad laboral y teletrabajo,
intentamos trabajar más por proyectos o ofrecer rutas profesionales dentro de
la casa. Al final, se trata de crear
unas condiciones laborales adecuadas y positivas. A esto debemos añadirle que
la naturaleza de nuestra actividad, trabajar en proyectos variados y con
clientes muy diversos, puede ser un plus de motivación para la plantilla.
¿Los estudios superiores se adecuan con las
necesidades empresariales?
No con la
agilidad necesaria, pero también cabe decir que es extraordinariamente difícil. Por ejemplo, dentro de Eurecat
tenemos un departamento de formación que lo que hace es complementar esas
competencias que el sistema universitario no puede ofrecer, en parte debido a
la actualización permanente de algunas tecnologías.
¿Debería haber más relación entre los
centros docentes y las empresas?
Cada vez habrá
una relación más estrecha entre los centros y las empresas. Aun así, las empresas deben comprender que hay
determinados conocimientos o competencias estructurales que también deben
desarrollarse. El sistema universitario es, por naturaleza, una formación
transversal. Por eso, con nuestras formaciones intentamos cubrir esos gaps.
¿La formación continua será vital en el
futuro?
La formación continua será vital. La universidad o la Formación Profesional debe dar unas bases sobre determinados ámbitos que después deben permitir construir otras competencias más sólidas. La gente debe tener el compromiso de seguir formándose, más teniendo en cuenta que el conocimiento avanza cada vez más deprisa.
La entrevista completa se podrá leer en el informe “#2030: personas, talento & business en la empresa del futuro”.
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