JOSEP DESQUENS, SUBDIRECTOR-GERENTE DEL CENTRE DE CULTURA CONTEMPORÀNIA DE BARCELONA: “Una proporción significativa de nuestro personal ha desarrollado el grueso su carrera profesional con nosotros”
Las entidades de titularidad pública presentan diferencias sustanciales con el sector privado a diferentes niveles. Pero, al mismo tiempo, también resultan un reto en la gestión de las personas. “Una proporción significativa de nuestro personal ha desarrollado el grueso su carrera profesional con nosotros”, afirma Josep Desquens, Subdirector-Gerente del Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB). La contratación de personal en entidades públicas como el CCCB “está condicionada por las leyes de presupuestos generales del Estado”.
El CCCB es una entidad pública. ¿Qué consecuencias tiene ello en la gestión de las personas?
El CCCB es un consorcio público participado en un 75% por la Diputación de Barcelona y en un 25% por el Ayuntamiento de Barcelona. Según la legislación vigente, el CCCB está adscrito a su entidad mayoritaria, la Diputación, y está sujeto al régimen interno de esta última administración. Los trabajadores del CCCB son en su mayoría personal laboral público, no tienen estatus de funcionario.
¿Los procesos de selección se hacen a través de concursos públicos?
Como entidad pública, la provisión de los puestos de trabajo se lleva a cabo a través de convocatorias públicas abiertas de acuerdo con la legislación aplicable.
¿Cuáles son los perfiles profesionales más demandados en el CCCB?
Podríamos dividirlos en dos grandes bloques. Por un lado, está el personal dedicado a la programación y la gestión de nuestra amplia oferta cultural, la cual incluye exposiciones de diversos formatos, debates y conferencias, festivales de diversa índole (cine, música, pensamiento, etc.), un archivo de cine experimental, un programa educativo, etc. Este tipo de perfil es clave en la medida que la programación cultural es nuestro “core business”. Por otro lado, tenemos al personal que constituye el digámosle “back-office” de la entidad, desde finanzas, contratación pública y RRHH hasta la producción física de las múltiples actividades culturales programadas.
¿Dentro de los perfiles por los que se interesan, han observado la falta de alguno de ellos en el mercado laboral?
El CCCB generalmente no tiene problemas para encontrar los perfiles necesarios en programación y gestión cultural. A las convocatorias públicas que se han venido realizando recientemente, se han presentado un gran número de profesionales con perfiles muy completos. Dicho esto, aquí habría que mencionar dos elementos importantes. En primer lugar, el número de puestos de trabajo generados en el CCCB en los últimos años ha sido muy limitado debido a las restricciones impuestas las leyes de presupuestos generales del Estado a instituciones públicas como el CCCB. En segundo lugar, se podría afirmar que la creación de empleo estable en el sector cultural en nuestro país es significativamente menor a la amplia oferta de profesionales culturales existente, sobre todo de gente joven.
¿El nivel de formación de las personas que presentan sus candidaturas se adecúa con las necesidades del centro?
En términos generales, estamos satisfechos en ese sentido: el nivel de formación normalmente se adecúa a las necesidades del Centro. Dicho esto, quizás observamos que entre los profesionales de programación y gestión cultural se echan en falta a veces ciertas competencias relacionadas con la gestión presupuestaria y de la contratación pública de los proyectos.
¿En el futuro ganará más peso esta vertiente personal en lugar de los conocimientos técnicos?
Creo que una combinación equilibrada de habilidades personales y técnicas seguirá siendo necesaria, sobre todo si tenemos en cuenta que seguiremos en un contexto de constante cambio tecnológico.
La diversidad de la plantilla es un factor determinante, ¿En qué nivel se encuentra el CCCB?
El Centro está muy comprometido con la igualdad de género. El 65% de los trabajadores fijos del CCCB son mujeres, y en la mayoría de las categorías profesionales existe una mayor presencia de mujeres que de hombres. Dicho esto, somos conscientes de que el Centro necesita hacer esfuerzos para rejuvenecer su plantilla (reto éste relacionado con las mencionadas restricciones a la hora de crear nuevas plazas laborales públicas), así como para encontrar fórmulas para promocionar otros tipos de diversidad, como puede ser la racial o étnica, en la plantilla.
La falta de rotación de la entidad contrasta con el sector privado, donde ha aumentado mucho.
Un porcentaje muy importante de nuestro personal ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en el Centro. Esto se debe a diversas razones. En primer lugar, el CCCB es un buen sitio donde trabajar y el personal generalmente tiene un fuerte compromiso con la misión del Centro. Segundo, el sector cultural en nuestro país no ofrece actualmente suficientes oportunidades de trabajo estable, cosa que en general reduce los incentivos a la movilidad para aquellos trabajadores que ya tienen uno. Tercero, la llamada movilidad interadministrativa entre instituciones culturales públicas adscritas a administraciones diferentes se ve actualmente muy limitada por diversos impedimentos administrativos.
Teniendo en cuenta el contexto, ¿Qué medidas toman para atraer talento joven?
Por una parte, tenemos un amplio programa de becas y prácticas muy activo, por donde pasan muchos jóvenes cada año. Por otra parte, nuestro equipo de programación realiza esfuerzos importantes para que los encargos de comisariado, artísticos, literarios, de diseño, etc., que el CCCB realiza a través de la contratación administrativa de agentes externos, vayan a creadores y profesionales jóvenes.
¿Desde el CCCB se fomenta la formación continua de los empleados?
Damos mucha importancia a la formación continua de nuestros empleados. Es un tema vital para el futuro, un aspecto esencial para que el CCCB pueda seguir siendo relevante. Nos gustaría desarrollar próximamente un nuevo plan de formación con un énfasis especial en temas digitales.
¿Qué tecnologías se han implementado en el CCCB en los últimos años que hayan modificado sus dinámicas laborales?
Las nuevas tecnologías y la digitalización están teniendo un enorme impacto tanto en la manera como programamos y comunicamos las actividades culturales que organiza el Centro como en la gestión interna de la propia institución. Hoy en día, un agente cultural como el CCCB ya no programa únicamente para un público presencial, sino que una parte significativa de su oferta cultural se piensa y distribuye digitalmente. Para comunicar cualquier actividad, desde una gran exposición a la proyección de una película de cine experimental, las redes sociales son clave para el éxito. A nivel organizativo, por otra parte, muchos aspectos administrativos se han ya digitalizado (como, por ejemplo, la gestión del gasto), y en los próximos años el papel tendría que desaparecer de nuestras oficinas.
¿En diez años el CCCB tendrá una plantilla muy distinta?
En diez años, un número significativo de trabajadores seguramente ya se habrá jubilado o habrá llegado a la edad de jubilación.
La actual Directora ha sido la primera que ha obtenido el cargo a través de un concurso público. ¿Prevén un menor control de las instituciones públicas sobre el consorcio?
En lo que respecta a la oferta cultural que programa el CCCB, gozamos de total libertad programática – no creemos que esto vaya a cambiar. En lo que se refiere a la supervisión y fiscalización de la gestión de la institución, no hay duda de que el marco legal que regula a consorcios públicos como el CCCB se ha venido endureciendo desde hace años.
Podemos afirmar que el CCCB se encuentra en un buen momento.
Sí, el CCCB se encuentra en un momento excelente. En el año 2019, llegamos a la cifra de visitantes más alta en nuestros 25 años de historia: casi 518.000 visitantes. Gozamos del apoyo del público y de las instituciones públicas que nos sostienen (la Diputación y el Ayuntamiento). Seguimos trabajando muy duro para poder continuar ofreciendo una programación cultural interesante, abierta a la ciudadanía y relevante en un mundo cambiante.
¿Actuar como engranaje social o apostar por la sostenibilidad se ha vuelto una nueva exigencia de la sociedad?
El CCCB es un centro cultural multidisciplinar dedicado a explorar los grandes temas que afectan la sociedad contemporánea, por medio de distintos lenguajes y formatos. Reflexionar sobre retos sociales o la emergencia climática forma parte de nuestra misión, cosa que se refleja en nuestra programación e impregna la gestión de la institución. En este sentido, me gustaría destacar que el CCCB es un centro muy arraigado al territorio: aproximadamente un 70% de nuestro público es local. En particular, tenemos una relación especial con nuestro entorno más directo, con el barrio del Raval, siendo la colaboración con sus múltiples actores una prioridad para nosotros.
La entrevista completa se podrá leer en el informe “#2030: personas, talento & business en la empresa del futuro”.
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